sábado, 15 de septiembre de 2012

Eso llamado Amor!

"Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida.
Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo.
Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie.
Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo." Paulo Coelho en  "Once Minutos"
 
Y sin embargo a estas alturas de vida con un inventario de momentos en los que he amado profundamente, me he sentido amada y otras que no tanto, sigo preguntándome que es eso llamado AMOR. Digo, cada uno de nosotros le ha dado un significado tan diferente que me pregunto, como es que nuestras limitadas experiencias sobre lo que el Amor o no, nos hace querer enjaularlo en un sobre conveniente de acuerdo a las circunstancias; digo, quienes somos nosotros parar juzgar si ama más el que abraza a su hijo y lo ayuda a caminar, el que en la distancia le aplaude por haberse levantado, el que abandona por las circunstancias o el que vive en el mismo techo acompañado pero en plena soledad?. Como diría una de mis mejores amigas, nadie tiene un “querometro” a la mano para saber quien quiere más a quien, o cuál es la formas más “acertada” de expresar el amar. Es Amar o la expectativa de lo que ese Amor me dará, lo que nos lleva a la locura o la felicidad?
A lo mejor, esa inmensa palabra, AMOR, tan real y etérea, sea la perfecta inspiración de nuestras acciones, emociones y palabras por siempre, a lo mejor es el tipo de sentimiento que por más que nades y nades, nunca lo encontraras en otra orilla si no es la tuya propia; a lo mejor Amor es ese impulso que te eleva más allá de tus propios límites y tus miedos, para que después te atrevas crear tu mejor versión. A lo mejor no tienen que ver con alguien que viene y despierta mariposas en tu estomago, a lo mejor es algo o alguien que llega en forma de remolino y se planta en forma de confianza en tu corazón,  de que pase lo que pase, siempre encontraras la forma de crecer.
A lo mejor, es esa sensación de profundo respeto por las decisiones de los que Amas y la soltura de dejar que cada quien siga su camino aunque te enfurezcas porque crees que sus decisiones implican caminos espinosos y empinados, pero a lo mejor, es soltarlos porque los reconoces grandes y sabes que hasta que no suban las montañas empinadas no sabrán lo dulce de una bajada.  Quién sabe? A lo mejor es abandonar lo que ya no te hace feliz para evitar abandonarte a ti mismo, dejar lo que no te deja avanzar para a lo mejor, comprometerte con tu propia felicidad.
Quién sabe? La madre dirá que ese, su amor, si es el verdadero e incondicional; pero y que diría el padre? o los hijos? Acaso, no dirían lo mismo? Los amantes también se juran que ese es el verdadero amor, pero el que se mata por un Dios también asegura lo mismo, los fanáticos también hacen cosas extremas por Amor, el mismo caos parece a veces producto del Amor cuando ves lo que surge de las cenizas, las parejas se separan aún con Amor y por Amor deben andar rumbos diferentes para no morir en el intento. Cuantas veces se ha usado el Amor para que se haga lo que alguien quiere? Cuantas veces lo hemos deshonrado? Y sin embargo, seguimos queriendo experimentarlo una y otra vez, como adictos, como locos, como niños, o como almas que a la final venimos a experimentarlo, ya que a veces solo una gota suya basta para recordarnos que es allí, cuando amamos, que nos sentimos llenos de Todo y Nada a la vez.
Qué o Quién lo contiene? Como lo limitamos? Que lo detiene? Que lo libera? Como sabes que es el verdadero? Y quien nos dice, que todos los tipos de Amor, no son los verdaderos también? y Como es que tu Amas? Cuando te sabes Amado? si pudieras imaginarte una forma de Amar diferente, Que sería para tí? Como lo vivirías? Como te sentirías? Que cambiarías?
No lo sé, solo sé que si es Amor no duele, y si duele es otra cosa, a lo mejor la idea que tengo pegada de él; así que sigo buscándolo en mi, en mis experiencias, en mi familia, en mis amigos, en la calle, en mis propias creencias, en la búsqueda de un hombre que están en algún lugar del mundo, a lo mejor buscándome también; pero si sé ,que encontré hoy este fragmento que debe tener mínimo quince años conmigo y que hoy volvió del olvdo para recordarme que…
“El Riesgo de Amar…. Nacemos para un reto: Vivir en el Amor!
Amar y ser amado, es sueño de adolescente, es garantía de amistad, es promesa de dos corazones, es objetivo de la vida humana.
En toda conquista existe el riesgo del desespero, aunque en el camino del Amor, tu debes esperar sin descanso, luchar sin angustia, caminar sin temor, sonreir con esperanza, comprender sin egoísmo…
Para Amar, hay que saber reír, aún corriendo el riesgo de parecer tonto; hay que llorar arriesgando parecer sentimental; acercarse al otro a costo de arriesgarse al compromiso; descubrir nuestro interior con riesgo de que conozcan nuestras debilidades; es exponer a los demás tus ideas y proyectos corriendo el riesgo de que te ignoren.
El riesgo de Vivir en el Amor, lo debes correr porque quien no arriesga ya ha fracasado. Quien no arriesga nada tiene, nada hace, nada es…
Amar es compartir, es generosidad, es altruismo, es Alegría, es constancia… es simplemente Amar. Solo arriesgando en el Amor, se aprende a luchar y a Vivir”
Autor Desconocido

martes, 4 de septiembre de 2012

Por los Ciclos de los Ciclos!

Cosa extraña el hombre; nacer no pide, vivir no sabe y morir no quiere.”

Facundo Cabral


Erase una vez, en una tierra sin nombre, un espacio donde la naturaleza y sus formas predominaban por doquier; un lugar donde imponentes montañas,  altos y frondosos bosques, caminos disfrazados de desolación, manantiales, brisas, aves y animales, habitaban y vivían allí en la armonía de  sus instintos.

Cada uno con su ritmo, cada uno con sus ciclos, cada uno con su propia forma de Ser. El viento soplaba libre y suavemente sobre los seres que allí corrían para recordar que solo un respiro permite la Vida y que si lo siguen podrían llegar más allá de sus límites; el Agua fluía sobre la tierra entre canales y caudales que le permitían dejar su huella por doquier, alimentando o protegiendo a quienes así lo necesitarán, a la final, sabía que sin ella no habría más pero que sin tierra por donde correr su existencia, no tenía sentido. Por otra parte, la Tierra  aunque aparentemente estática, se iba moviendo lentamente con cada toque de aire y agua, permitiendo así que sus bases sostuvieran a los arboles, ramas, flores, montañas y todo aquellas vidas que decidieran plantarse y caminar sobre ella. Y allí con ellos el fuego del corazón viviente, el latido de cada ser del bosque, con sus movimientos, con sus instintos, con sus esperanzas y con sus miedos; muchas clases, muchas formas, unos que vuelan, otros que corren, otros que nadan, otros que caminan; sin embargo esta historia solo se trata de pocos de ellos, específicamente de una Ardilla en particular.

Nació en un día de primavera con el Sol calentando su carita, sus ojos abiertos y grandes le permitieron desde que los abrió, percibir todos los colores a su alrededor verdes, amarillos, azules, rojos, marrones, revueltos como en paleta de acuarelas y en la medida que miraba se mezclaban más y más; entonces escucho cuando sus padres aseguraban que solo vería bien en unas semanas, así que siguiendo esas voces conocidas volteo para buscarlos, que calientito se sentía allí, protegido entre esas formas en las que se sabía amado. Su nombre Vito, lo conectaba con la vitalidad y  lleno de alegría, al punto que siendo el primero de sus tres hermanos, fue él, el que desde que nació, el que daba vueltas sin parar de jugar persiguiendo su propia cola. Fue esa misma inquietud con la que nació, la que desde pequeño lo hizo estar lleno de moretones, sus padres hablaban de esperar la maduración y de los peligros de su poca visión, sin embargo fue  después de mucho correr y sentir muchos plooom! que finalmente comprendió que sus ojos no veían con claridad las formas a su alrededor.

¡Qué mama dijo que estuvieras quieto Vito!- decían sus hermanitos. Pero fue solo el extremo de una caída del árbol donde estaban, la sensación de vacío, lo duro de la tierra, su colita y patitas partidas, su aliento desvanecido y la vergüenza al ver a su madre, le hizo comprender que habían cosas que no podía hacer (todavía). Su madre lo auxilio con amor y con el reproche en su cara, le dijo ¿O sea que solo vas a aprender a los golpes? Nuestra Naturaleza es movernos, pero seguirás tropezando con la misma piedra, hasta que Veas! Si sigues así, no vas a llegar al cuarto ciclo!!

Ah? Entre el dolor se preguntaba, que significaba esa frase, no llegar al cuarto ciclo? Pero inexplicablemente fue esa misma caída que lo obligo a quedarse quieto un rato y a no morir antes de tiempo, decía su abuela, la ardilla más antigua de la aldea. Ella le atendía las heridas, preparaba con ramitas una mezcla que olía horripilante y se la ponía en su colita y patitas, le hacía caminar lentamente grandes distancias todos los días, y como latigazos en sus piernas lo obligaba a recoger frutos, hojas y comida, decía- Antes que la perezca sea la que te mate, mover tus patas será lo que te salve!. Por más que quisiera correr y le ardiera su vientre al ver lo que hacían las demás de su tamaño, su dolor apenas le daba chance de caminar con su abuela, más su visión era cada vez más aguda, su olfato y oído se entrenaron con ella, que lo hacía recoger y reconocer solo ciertas especies, esta para el dolor, esta para el sabor, esta para relajar, estar para soñar, aunque para ti, habrá que darte una que te de fuerza y calma para los ciclos por venir!. Uhmmm ¡otras vez esos señores, los ciclos! De donde son? Que hacen? Porque mamá y todos hablan de ellos! Por más que preguntaba, nadie respondía, sus hermanos ellos solo le decía, haz caso Vito! Las reglas son esas! No preguntes! Y menos a los grandes!. Uhmmm…. Entonces a quien? Agrrrr…. Como le molestaban esas frases! así que tomando aire, preguntó ¿Abuela? ¿Qué o quiénes son esos a los que llaman ciclos? Porque les temen? Ella volteo y al mirarlo, un brillo diferente vio en su mirada, diciéndole, Si los ciclos quieres conocer, observa atento, que ellos te encontrarán!. Y en ese momento hasta su colita revivió y se movió solita en señal de… alerta? Miedo? O sencillamente excitación? … Ellos vendrán?

Y mientras el silencio llegaba a la casa de su abuela, él se mantuvo ocupado en las tareas de clasificar lo recogido, con sus preguntas galopando sin parar. Esa noche, camino a casa, había lago en el que se había encendido, a lo mejor era la señal de su colita ya fuerte, o la respuesta de la abuela, o sus preguntas; pero sabía que había algo diferente. A partir de su caída se hizo normal ver las cosas diferentes, día a día, toda la comuna se metía en un abrir ojos, comer, buscar comida y llegar agotados a dormir. Desde ese día, estar con la abuela significo aprender, nuevas palabras, formas, personajes y rutinas; ella siempre respondía en forma sorpresiva, a veces le daba un libro, a veces le mandaba a observar algo, siempre le preguntaba, conversaban. Efectivamente como dijo, los ciclos llegaron, comprendió eso cuando sus patas y colita sanaron, cuando sus ojos se abrieron completamente, cuando los verdes se apagaron y llegaron los naranjas, cuando mamá les cantó el primer ciclo, cuando el Sol se dejaba enamorar por la Luna y la Luna se dejaba dominar por el Sol, cuando recogieron y enterraros frutos para al llegar la blancura, tener que comer. Cada vez más rápido, cada vez más agudo, cada vez más curioso, cada vez más parlanchín, preguntaba y preguntaba, mientras su abuela le regañaba por su ansiedad. ¡Un día aprenderás que la naturaleza de las cosas está por encima de los deseos!, ¡Cuando domes tu propia naturaleza, podrás avanzar! Le decía su abuela.

Aunque había aprendido con ella, sabía que las palabras sin experiencia se desvanecían y no tenían sentido para él. Como tampoco tenía sentido vivir para solo recoger frutos, clasificarlos, guardarlos y comerlos! Para que? Solo para sobrevivir los ciclos? Como es que nadie responde!! Cuál es el propósito? Agrrrr…. Gruñía de frustración! a lo mejor la abuela tenía razón, a lo mejor el propósito de la Naturaleza es solo Ser!. Pero seguía sin saber que significa eso! Algo tiene que cambiar! se dijo en voz alta y siguió, pero al decirlo, su colita se movió como la varita mágica de los cuentos que leía donde su abuela, como cuando lo alertaba, como cuando sabía que lo que sentía era real, como si supiera que sus deseos se puedan hacer realidad!  

Esa mañana me levante alegre, un sueño fabuloso me visitó de noche, caminos, respuestas, alegrías y una estrella al final que siempre iba conmigo, eran suficientes para saber que Todo iba a estar bien! Mi abuela dice, “Cuando el corazón sonríe es porque está viendo los verdaderos colores detrás de las cosas!”, así que una nueva esperanza hizí que mi colita se moviera. Al salir a desayunar, todos habían salido ya, y me esperaba mi abuela, que hace aquí? Qué pasó? Con esa cara, podría decirse que a alguien le llego su ciclo!  Sus ojos me dicen más que su boca. Uhmmm… Buen día?

Desayuna muy bien Vito, espera una larga caminata hoy! – dijo ella sin mirarme, mientras preparaba una cesta. Y así lo hice, el frio que sentí recorriendo desde mi colita hasta las orejas, me decían que no era hora de rezongar. Luego me dijo- Muy bien, es hora de empezar el camino! . Así que bajamos, busque a mis padres y mis hermanos pero sin rastro de ellos, la seguí. Aunque su paso era lento por el peso de sus ciclos, cada pisada era fuerte y decidida; a diferencia que su mirada, su boca, me confundía pasando de un tema a otro, un rato me señalaba como reconocer la tierra fértil, el peligro o la seguridad, otro tanto me hablaba de la luna y sus ciclos, de las aguas y de la forma de los mares; sin embargo, los momentos de silencio se oían como gritos de angustia que se hacían más pesados que la cesta que cargaba. El camino era nuevo, diferente, solitario, ausente y crudo, como lo que iba a escuchar.

Vito, sentémonos aquí. Sabes que nuestra aldea tiene un orden, un ciclo, cierto?- dijo. Asentí, sin entender. Hay quienes despiertan con la seguridad que les da el hacer, lo has visto?- siguió. Si abuela. También has podido observar, que hay quienes nunca se han preguntado más allá de dos o tres cosas en todo su ciclo? Si, pero ese es el tema abuela, Yo….. Paré en seco por el frio de su mirada. Y continuó-  Entonces, recordarás que tus padres y yo te hemos advertido, que preguntar es peligroso?  Sí abuela, por favor, dime qué pasa? –pregunte al borde de los nervios. Y empezó a decir- En la Aldea están furiosos y asustados Vito, le han pedido a tu padre o que te callas tu o te callan ellos, no saben cómo responder a tus preguntas, se sienten perdidos y tú los haces sentir incómodos en sus rutinas, tus padres tienen el corazón roto, como Yo. Por eso, te he traído aquí. Porque debes irte, debes viajar solo a otras tierras, a buscar tus respuestas; antes que sea tu misma gente la que te acabe por ellas y tu espíritu. Pero… y mientras ella seguía hablando, mi mundo se caía en pedazos y mi cola se paralizaba, había sido exiliado!. Por mi propia gente? Por mi propia familia?. Y como si me leyera la mente o el rostro, continuó hablando… Es el regalo del Amor, el regalo de la Libertad, que lejos del exilio te da la posibilidad de saciarte. Pero, si te quedas Vito, morirás al reprimir tu naturaleza o harás que otros mueran al hacerlos dudar de la suya; cada quien debe encontrar sus propias respuestas y seguir a sus instintos. Nuestra familia te Ama y moriríamos al pedirte que renuncies a lo que Eres, solo te dejamos libre para que recorras los caminos que debes buscar; cuando el alma esta lista para avanzar, llegan las circunstancias necesarias para generar ese cambio. Y no hay otra forma que desde aquí, logres saciar tu curiosidad o que te podamos apoyar. Yo te he guiado en lo que he podido, tengo inmunidad y respeto por mi edad, por eso he sido Yo, quien quiso guiarte a este vórtice; pero tus padres y hermanos serán señalados largos ciclos hasta que el tiempo haga de las suyas, con lo que implica  el vació que deja tu voz y el dolor de tu partida. Vuelve cuando estés saciado de ti mismo, del camino y recuerda que lo que une la sangre, el alma y el corazón a través del Amor, jamás será cortado por la ley de la Aldea. Eres rápido, sabes más que muchos, sé inteligente y usa lo que has escúchalo, visto y leído. Sigue lo que Quieres y Usa TODO lo que tienes!. Y en un abrir y cerrar de ojos, se había ido, estaba allí en la jungla, en el vórtice del bosque, solo, con la única certeza que tenía que correr antes de que cayera la luna y los zorros quisieran cazarme; así que corrí, corrí y corrí, con las lágrimas en mis ojos, con la historia a mi espalda, con mi dolor en el pecho, con la carga de mis preguntas, con la incertidumbre de lo desconocido, con la vida en la boca y con la libertad deseada en mis manos, pero por horas, solo corrí y lloré, por días y noches.

Después de mucho correr, después del pantano y después del cansancio, encontré un refugio al pie del único árbol a campo abierto; allí la naturaleza era diferente; pero solo bajo el inmenso Samán, mi colita logro estar tranquila, así que conseguí descansar después de hacer una pequeña madriguera justa para mí y mi cesta. Me sentía vació, perdido, sin hábitos, después de tanto correr, era como haber ido a otro continente, estar habitando un nuevo lugar y no saber a dónde pertenecía. La cesta tenía comida, fotos, cartas, pero solo fue viendo el firmamento, las estrellas que destellaron al lado de la Luna, fue que pude abrazar a mi corazón y respirar, recordé mi sueño… la Estrella, la guía, Todo saldrá bien, Todo saldrá bien!, entonces opte por rendirme y parar de llorar, solo es un ciclo, solo una noche, respire profundo y confié que el sueño me mostrará el camino a seguir.

Pasaron muchos ciclos, de árbol en árbol, de campo en campo, de montaña en montaña, los sueños lo llevaron a crear rutinas, porque recordó que su madre decía “Cuando tenemos rutinas sanas y nos damos bienestar, somos capaces de lograr más!”. Empezó a hacer trabajos forzados, más peso de lo normal, más distancias de lo común para su tamaño, menos rapidez de lo que le habría gustado, dedicando horas también para explorar nuevas ídeas, divertirse y seguirse preguntando; ya que quería experimentar aquello de decía su abuela de, “Domar tu naturaleza y practicar la disciplina te hará fuerte!”. En cada sitio hizo amigos, diferentes seres, cada uno con un clan, cada uno con un talento, aprendió a disfrutarlos tal y como eran, a escuchar y a preguntar si se le daba permiso, más recordó que reír y confiar en su colita lo haría llegar lejos. Con ellos, descubrió el significado lo que su padre tanto repetía “Cuando conocemos la historia del otro, podremos respetar sus decisiones y sus heridas”, así que callaba cuando le contaban historias de tristeza y dolor, reía cuando había que celebrar y recordando su vivencia, se decía dentro de si  “Todo tiene su ciclo, a veces sube a veces baja, pero tu corazón siempre será el mismo; amalo”.

Muchos caminos, muchos rostros, muchas historias y el mismo ciclo se repetían en todos. Ruinas y talentos, miserias y riquezas, heridas y alegrías, llamas e hielos, amo y sumiso, todos dentro de mi; ambos complementándose, contemplándose y sentándose en mi misma mesa. Descubrí mascaras que en las rutinas ocultan el deseo del alma, ansiedades disfrazadas de afán que ensordecen el camino del espíritu, veranos que van, primaveras que llegan, otoños que pasan, inviernos que reposan, sed de afuera por no buscar adentro, llenura que no se encuentra con los frutos sino con seguir el aguijón que mueve mi cola, aprender y enseñar, dar y recibir, balancear. Pasé rato largo pegado en una aldea que me hacía recordar a la mía, pegado a una bella ardilla color miel que me tenía distraído, tuvimos una cría que no llego a la vida, así que la muerte y el nacimiento vinieron juntos a separarnos; pero no es fácil avanzar si eso implica soltar, nada fáciles son los amores que cambian de forma, porque te llevan realmente a crecer. Una noche me despertó un sueño, mi abuela volvía y me decía -Ya es hora de regresar, ciclos tenía sin verla y me decía que estaba lista para un ciclo terminar!. En el regreso, el vacio iba cediendo al paso de mi calma, iba cediendo a la fuerza de mi fe, y empecé a comprender que la Naturaleza de las cosas es única, inverosímil y perfecta. Comprendí que no hay prueba sin fuerza, , expansión sin contracción, que todo pasa por algo y que fue ese momento de exilio el dolor donde se abrió la puerta a la realización, ya no había preguntas, ni carreras, sabía lo que quería, solo respuestas cuando seguía a mi estrella, entonces al seguir y entregarme a mi destino, supe el significado de “El Tao no actúa, pero nada deja sin hacer”.

Llegue a la aldea y muchas lunas había borrado mi cara de los recuerdos, mis padres me bendijeron y me hice fuerte; no pude ver a mi abuela con vida, pero su regalo antes de partir me acompañó por siempre, así como nuestras largas charlas en sueños; supe que había mucho por hacer, por iniciar, por crear y empecé a diseñar lo que quería vivir desde la profundidad de mi nombre, lleno de alegría!. Qué tipo de servicio quería dar, que tipo de relaciones y vínculos crear, de amores experimentar, de crías y frutos cosechar, en que tipo de aldea y comunas colaborar; así empieza todo, deseando hasta que no lo necesitas. Su letra en la corteza, se convirtió en la reliquia y la oración de entrada a mi nuevo hogar “De los ciclos venimos y a los ciclos hemos de regresar; vivimos ciclos sobre la tierra y no hay ganancia a no ser que estés dispuesto a soltar.  Por los ciclos, el espíritu se experimenta en espiral y por los ciclos ha de moverse para avanzar, pero cuando el ciclo se repite sin parar, la vida se convierte en la ilusión de la carrera al Azar; entonces el animal olvida a que ha venido y el espíritu necesita el despertar. En la carne y los huesos se viven las fracturan y desploma lo que ya no sirve; entonces lo que era, ya no es, y es hora de llorar. Cuando el último grito ahogado sale, cuando el dolor es sufrido, cuando la voluntad se entrega y se deja de pelear con el destino; entonces sabrás que estás preparado para pedir, crear, seguir y dar paso a la reinvención, bendición del cambio al que te has entregado. Por los ciclos de los ciclos. Amén”